Es
de común conocimiento entre
los criadores que las vacas
lecheras aún estando
preñadas también expresan
celo. Este extraño
comportamiento reproductivo
en el cual algunas vacas
preñadas se dejan montar del
toro o por sus propias
compañeras es también
denominado falso celo o celo
de la vaca gestante. En las
fincas donde las vacas están
con el toro, este
acontecimiento del falso
celo refleja poca
importancia y con frecuencia
pasa desapercibido. Llama
la atención que en el grupo
de vacas no lactantes
(secas) donde se supone que
todas deberían estar
preñadas y tranquilas se
observa que a veces algunas
de ellas son detectadas en
celo. Para los ganaderos
este tipo de celo
generalmente resulta no
verdadero particularmente
cuando las vacas muestran
un gran desarrollo
abdominal que generalmente
se asocia a una gestación
avanzada. Muchas veces ese
falso celo es
interpretado, popularmente
como un estatus de la
gestación que se conoce en
el léxico ganadero como la
vaca esta empelando.
Curiosamente la mayor
incidencia de estos falsos
celos tiene lugar durante
la mitad del periodo
gestación, es decir
alrededor de los 4-5 meses,
etapa de la gestación que
coincide con el desarrollo y
crecimiento del pelo del
feto.
La incidencia del celo de
gestación es variable,
habiéndose reportado en
ganadería de leche valores
de 3.8% (Dijkhuizen y van
Eerdenburg, 1997), 8.0%
(Cuellar et al., 1987) y en
ganado de carne 5.7%
(Thomas I, Dobson H, 1989).
Aun cuando el falso celo ha
sido observado en todas las
etapas de la gestación la
mayor frecuencia ha sido
entre 121-240dias.
Igualmente dicho celo puede
ocurrir en más de una
segunda ocasión (15%)
durante el mismo.
período de gestación. A
pesar de que la intensidad
del celo ha sido comparable
con un celo verdadero, su
duración es más corta (5.6h)
que la de un celo normal
(10-12h). Los cambios
fisiológicos del tracto
genital que normalmente
tienen lugar durante un celo
verdadero no son observados
en las vacas preñadas que
expresan celo.
Adicionalmente no ocurre ni
ovulación ni tampoco señales
de hemorragia metaestral,
signos que tienen lugar en
las vacas posteriormente al
celo normal. Las
características del mucus
cervical de las vacas
preñadas en celo resultaron
similares a las de vacas
preñadas no en celo durante
el mismo estadio de
gestación.
En los programas de
inseminación artificial
(IA), el reporte de vacas
en celo y que previamente
habían sido diagnosticadas
preñadas constituyen un caso
de mucha atención, ya que
algunas vacas pueden haber
tenido interrupción
desapercibida de la
gestación seguido de la
exhibición de un celo
normal o que realmente otras
expresan celo y continúan
verdaderamente preñadas.
Fallas en la detección del
celo pueden ocasionar que
vacas preñadas puedan
erróneamente ser
inseminadas. La
inseminación de vacas por
encima de los cuatro meses
de gestación es posible
que provoque el aborte. En
etapas de preñez más tardía
el procedimiento de pasar la
pistoleta no más de un
centímetro por delante del
cervix y en presencia de un
tapón de muco denso,
acompañada de adecuada
higiene, es posible que
reduzca la lamentable
incidencia de perdidas de
preñez a consecuencias de
los abortos inducidos.
La medida más importante que
se debe tomar cuando se
reporta una vaca preñada
en celo es revisar su
tarjeta de control
reproductivo individual.
Eso, para saber el tiempo
de gestación que tiene el
animal y luego esperar el
diagnostico clínico
definitivo del médico
veterinario. De esta forma
se tomaría la decisión más
acertada del caso. Nunca
olvidar que por fallas de un
mal manejo reproductivo se
corre el riesgo de inseminar
vacas preñadas estando o no
en celo y que
lamentablemente terminan por
abortar, ocasionando una
irreparable pérdida
económica y retraso en el
crecimiento del rebaño. |